Las mantas ignífugas vienen en varios tamaños y formas, desde mantas pequeñas para uso doméstico hasta mantas industriales más grandes, adecuadas para entornos comerciales e industriales. A menudo se almacenan en una bolsa o caja de acceso rápido, montadas en una pared en áreas como cocinas, talleres, laboratorios y otros lugares donde pueden ocurrir incendios.
Cuando se despliega, se coloca una manta ignífuga sobre las llamas para sofocarlas y privarlas de oxígeno, extinguiéndolas de manera eficaz. Las mantas ignífugas son particularmente útiles para situaciones en las que el agua u otros agentes extintores pueden no ser apropiados, como incendios de grasa o incendios que involucran equipos eléctricos.
Las mantas ignífugas se consideran una herramienta de seguridad esencial para hogares, empresas y otras instalaciones, ya que brindan un medio simple y eficaz de extinción de incendios en situaciones de emergencia. Son fáciles de usar y requieren una capacitación mínima, lo que las hace accesibles para personas de todas las edades y niveles de habilidad en caso de incendio.